La sequía podría amenazar con restricciones de agua tras este largo verano

La sequía que padecemos y el aumento del consumo de agua durante el verano amenazan la reserva del embalse de La Concepción.

El pantano de La Concepción, aunque situado en el término municipal de Istán, es la principal fuente de abastecedor de agua potable para San Pedro Alcántara y la Costa del Sol Occidental. Además del Río Verde, recibe aguas del Guadaiza, Guadalmina y Guadalmansa. Es uno de los más antiguos de la provincia de Málaga. Su presa de gravedad construida en el año 1971 tiene una altura máxima de 56 m y una longitud de coronación de 220 m. Además de su función hidráulica, el embalse tiene un alto valor ecológico y paisajístico, albergando una rica flora y fauna y ofreciendo un entorno natural para el ocio y el deporte. Sin embargo, su situación actual es crítica debido a la falta de lluvias y al aumento de la demanda durante los meses de verano.

Según los datos del último Boletín Hidrológico Peninsular, emitido por la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el embalse, con una capacidad de 62 hm³, tan solo almacena 20,00 hm³ de agua, lo que supone un 32,26 por ciento de su capacidad total. Esto representa una disminución de 1 hm³ respecto a la semana anterior y de 14,00 hm³ respecto al mismo periodo del año pasado.

La escasez de precipitaciones ha sido una constante durante el año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre de 2022, terminando el pasado 30 de septiembre, sin que hasta el momento se hayan registrado lluvias importantes en nuestra zona, siendo la media para este periodo en la provincia de Málaga de 5,00 mm.

La situación se ha deteriorado significativamente debido al aumento en el consumo de agua, ocasionado por la afluencia turística y la llegada de visitantes entre los meses de junio y septiembre de este año. La creciente demanda de agua durante el verano ha ejercido una presión adicional sobre los recursos hídricos de la zona y, para hacer frente a esta situación, se añade la producción de la desaladora, construida en 1997, entrando en funcionamiento durante el año 2005, situada en la Carretera de Istán, Km 1,85, en las inmediaciones de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Río Verde, construida en 1972.

Esta desaladora, que ha sido una pieza fundamental en la gestión del abastecimiento de agua, actualmente opera a plena capacidad, proporcionando 470 litros por segundo. Recientemente, se ha implementado una sexta línea de tratamiento para mejorar aún más su capacidad de producción y satisfacer la demanda en constante crecimiento.

Ante este panorama, las autoridades locales, el pasado 12 de julio, realizaron un tenue llamamiento a la ciudadanía para hacer un uso responsable y eficiente del agua, decretando medidas que no fueron promocionadas con la contundencia que hubiese sido necesario durante los meses de verano, dada la sequía que sufrimos, limitándose a la publicación de un bando anunciando la prohibición de regar campos de golf, relleno de piscinas, lavado de coches fuera de los espacios autorizados, el funcionamiento de fuentes ornamentales sin circuito cerrado de agua, duchas, surtidores públicos y cualquier otro uso no esencial. También se ordenó reducir la frecuencia de riego de jardines, huertos, parques o zonas verdes, tanto públicas como privadas, a un máximo de 3 días a la semana; así como un 20 por ciento del baldeo de calles, aceras, fachadas o de cualquier otra superficie, tanto pública como privada. El objetivo era conseguir un ahorro del 10 por ciento del agua suministrada.

Aunque el decreto llevaba aparejado una serie de sanciones, muchos ciudadanos desconocían la existencia de estas restricciones y dudamos, sin datos ni notificaciones realizadas hasta la fecha, que el Consistorio haya realizado labores de inspección sobre los efectos del mismo, de cara a una temporada veraniega de turismo a la que pocos impedimentos suele imponerse en todos los sentidos.

Así las cosas, es evidente que, para evitar cortes de suministro a corto o medio plazo, que sufrirían los vecinos y vecinas de nuestras localidades, las lluvias son más necesarias que nunca, a falta de nuevas infraestructuras y soluciones que, a todas luces, deben pasar también por la contención y uso racional del agua potable, evitando que la industria turística siga acumulando la mayor parte del consumo.